Ayer me di una vuelta por la que un día fue mi calle, la Calle Portal de Ademuz. En ella y en su vecindario anidan los mejores recuerdos de los veranos de mi infancia. El olor al pueblo, los juegos en la acera al lado del descubierto, la higuera, las tardes viendo a la abuela jugar a la morronga con la Tía María, la Tía Cardelina y la Tía Felicidad; la alegría de poder acompañar a las primas a dar de comer a los animales, las noches 'a la fresca'...Montse, ¿te acuerdas de nuestras "estrategias" para tapar todas las gateras de la calle de arriba excepto una? Esperábamos impacientes a que el pequeño gato huidizo asomara la cabeza para tomar leche en tacitas de juguete...?
Antes de marchar no pude evitar asomar la nariz en una ventana de una vieja corte en la era de abajo. Cerré los ojos y reconocí el olor... el mismo que el del pajar y la cuadra de casa la abuela. Creí que ese olor ya estaba perdido...pero sigue ahí... en la calle Portal de Ademuz. Así que me fuí complacida sabiendo que a pesar de los años y los retoques del maquillaje, la esencia de mis recuerdos sigue allí, aún perdura...
Música: Back to old street