Son abuelas y abuelos que, en una edad en la que ya todo parece consumado,
pueden enseñarnos a encontrar sucesos extraordinarios en los hechos corrientes del día a día. Una coartada contra la soledad de la vejez, es hacerlos participar, sentir y ser parte de la vida de niños y jóvenes.
De repente se jubilan y te sientan en un sofá a preguntarse: Y ahora, ¿qué hago?.
He conocido a muchos que se deprimen después de la jubilación, pero a otros les pasa que terminan descubriendo que se trata de la mejor etapa de la vida.
He conocido a muchos que se deprimen después de la jubilación, pero a otros les pasa que terminan descubriendo que se trata de la mejor etapa de la vida.
Por eso no hay nada mejor: es que se los invitarlos a pasarla
bien, haciéndolos participar en diferentes propuestas que los involucren en tareas sociales, culturales, formativas y recreativas con niños y jóvenes de su comunidad.
Aquí les dejamos algunas propuestas:
- Talleres participativos intergeneracionales, donde se reúnan las experiencias, memorias e imaginación, a través del arte, la mússica, la literatura, los juegos tradiconales, la comida, entre otros.
- Involucrarlos en talleres de cuento, dramatización y juegos, en las escuelas y jardines cautivar, emocionar, sobre cómo lograr que sus interlocutores, al final, entiendan lo que se les ha contado.
- Talleres de formación para jovenes en cocina, costura, tejido, artesanías y oficios, entre otras.
- O simplemente en el seno familiar dejar que los abuelos participen de la crianza de los nietos.........nada menos que contándoles experiencias vividas de su niñez.......sus juguetes....y por q no? LEERLES CUENTOS!!!!!
¿No son acaso los abuelos los guardianes de la memoria y experiencias de vida?