Según el Diccionario de la Lengua Española de la RAE, un cuaderno de bitácora es un: «Libro en que se apunta el rumbo, velocidad, maniobras y demás accidentes de la navegación». Nosotros hemos trasladado este concepto al mundo de los recuerdos de infancia y lo hemos convertido en una publicación virtual de recursos lúdicos socio y culturales intergeneracional.
Las personas que bajo la coordinación Liliana Roxana Rubin, nuestra querida amiga Salteña, realizamos y acompañamos este proyecto, entre otras cosas, con la finalidad de crear un lugar donde habiten los sueños de nuestra niñez. Aquí vamos a convertirnos en aquellos niños y niñas que fuimos, rescatando los momentos más amables de nuestra entrañable infancia.
El Bitácora Lúdico Intergeneracional (B.L.I) convoca a todos aquellos interesados en promover y conservar las prácticas de juegos tradicionales y sus variantes locales, facilitar y recopilar todo aquel material que favorezca la creación de una archivo, que como patrimonio social, cultural y regional compartamos con las nuevas generaciones.
Además desde aquí se pretende:
-Invitar conocer el trabajo de otros niños/as a través del tiempo y de las diferentes culturas,
- La revalorización del rol del abuelo en la familia como transmisor de nuestras tradiciones y nuestro pasado y el contacto de los niños con sus abuelos.
-Invitar conocer el trabajo de otros niños/as a través del tiempo y de las diferentes culturas,
- La revalorización del rol del abuelo en la familia como transmisor de nuestras tradiciones y nuestro pasado y el contacto de los niños con sus abuelos.
-Implicar a las familias y las escuelas y otras organizaciones sociales, para acompañar y fomentar espacios donde desarrollar estas prácticas lúdicas.
-Los niños/as se sienten verdaderos protagonistas, compartiendo cosas de su casa con los demás.
-Potenciar la formación en valores: tolerancia, respeto mutuo, escucha, colaboración, diversidad, sentimientos, empatía...
-Animarnos a leer y escribir.
-Valorar el lenguaje oral y escrito como forma de expresión de información, sentimientos, emociones...
-Aprender a escuchar, respetar e interesarse por conocerlas experiencias de otros.
DEL DICHO AL HECHO:
Una vez, cuendo yo era chiquit@...
1- Historia de Julia Bansich (Uruguaya - Actualmente reside en Brasil):
Voy a confesarles mi predilección cuando era pequeña. Me gustaba mucho subirme arriba de los árboles bien altos!!! Y un día, estando prontos para viajar con mis padres, se me ocurrió ir a procurar "huevos de pirinchos", que son unos huevos azules con pintas blancas muy bonitos. Yo, como estaba lista para viajar, llevaba puesta ropa nueva; y sin pensar en ello, igual me subí a un eucalipto muy alto en busca de los huevos. Tan entusiasmada estaba, que no me di cuenta que estaba muy alto... y cuando quise bajar, tuve que llamar a mi padre, que al ver donde yo estaba, tomó una vara de árbol y fue tras de mi.Se imaginan que cuando lo vie con esa vara, jamás hubiera querido bajar... Y lo peor es que se acercaba la hora de viajar y yo allá arriba del árbol, ja!
Por fin mi padre me convenció y al esconder la vara, aproveché a deslizarme por el tronco con la mala suerte de razgar toda mi ropa nueva!!! Una vez abajo, otra vez apareció la vara y recibí la surra más grande de mi vida!!!!
Esto me dejó una moraleja que nunca olvidé: "Jamás vuelvas a desobedeser a tu madre"...DEL DICHO AL HECHO:
Una vez, cuendo yo era chiquit@...
1- Historia de Julia Bansich (Uruguaya - Actualmente reside en Brasil):
Voy a confesarles mi predilección cuando era pequeña. Me gustaba mucho subirme arriba de los árboles bien altos!!! Y un día, estando prontos para viajar con mis padres, se me ocurrió ir a procurar "huevos de pirinchos", que son unos huevos azules con pintas blancas muy bonitos. Yo, como estaba lista para viajar, llevaba puesta ropa nueva; y sin pensar en ello, igual me subí a un eucalipto muy alto en busca de los huevos. Tan entusiasmada estaba, que no me di cuenta que estaba muy alto... y cuando quise bajar, tuve que llamar a mi padre, que al ver donde yo estaba, tomó una vara de árbol y fue tras de mi.Se imaginan que cuando lo vie con esa vara, jamás hubiera querido bajar... Y lo peor es que se acercaba la hora de viajar y yo allá arriba del árbol, ja!
Por fin mi padre me convenció y al esconder la vara, aproveché a deslizarme por el tronco con la mala suerte de razgar toda mi ropa nueva!!! Una vez abajo, otra vez apareció la vara y recibí la surra más grande de mi vida!!!!
Gracias Julia!!!