Breve historia
Corría el año 1962, y algún muchacho de
la fábrica de golosinas Felfort[1] tuvo una idea genial: hacer un
chocolate en forma de cajita que adentro tuviese escondida una pequeña
sorpresa; y para que ésta realmente fuera una sorpresa, el chocolatín
estaría envuelto en un celofán impreso que no dejaría ver su interior.
En un principio, las miniaturas fueron
cohetes y autitos de plástico[2],
cuya aceptación fue tibia por parte de los compradores. Luego de probar otras
cosas como jugadores o animalitos de goma, el verdadero éxito llegó en 1968 con
los personajes argentinos del popular García Ferré, que inicialmente fueron de
plástico blando rosado, con la desventaja de que se despintaban con mucha
facilidad. El último gran cambio ocurrió en 1970, cuando encontraron el material definitivo: el hoy
conocido como “plástico duro”; y cuya pintura colocada artesanalmente a mano,
no se sale con facilidad. Los catálogos de cada año salían en la revista Anteojito, con lo que se podían seguir
las colecciones.
Con el paso de los años y el éxito sucesivo
del chocolatín, se comenzaron a lanzar
series memorables como las de Hijitus
de García Ferré, así como de sus largometrajes animados “Mil intentos y
un
invento” con Anteojito como protagonista o “Trapito”. Otras series
memorables
son por ejemplo la de “Patoruzu” o las tres del programa
televisivo“Titanes en el ring”,
que hoy son ya consideradas piezas de culto. Asimismo cada año salían
figuras
de animalitos y personajes de cuentos, literatura e historia. Miden
entre 3,3 y 4 cm de alto, aproximadamente. Para los que son apaisados
este seria el largo.
Como definir estas originales miniaturas: ¿pequeños
juguetes? ¿mini esculturas? ¿figuritas en tres dimensiones? Todo esto y mucho
más. Sólo sabemos que en
la actualidad se han convertido en piezas de colección, para quienes —como es
mi caso— coleccionábamos de niños, o para nuevos fans.
Decadencia y resurrección de las sorpresas
Casi una
década después, en 1992 el chocolate volvió a aparecer en las estanterías de los
kioscos, pero con la diferencia de que las miniaturas ya no eran tan buenas,
sino más bien mediocres: muñequitos de un solo color con ruedas, figuritas
planas de jugadores, lápidas impresas con personajes chatos, y otros, que
lógicamente no despertaron ningún entusiasmo entre las nuevas y viejas
generaciones.
Viendo el
poco auge de las figuras, los productores del famoso chocolate se propusieron
la tarea de ganarse nuevamente un lugar en el mercado nacional y en el corazón
de la población argentina, lanzando en 1997 una colección con los personajes de
la serie animada Tiny Toons, que
volvió a la onda de los antiguos muñequitos. Esta vez agregaron a la ya
conocida presentación de chocolate con leche dos nuevas presentaciones:chocolate
blanco y el huevo Jack, con personajes de tamaño considerablemente más grandes;
haciendo que esta golosina volviera a remontarse en ventas y popularidad en las
nuevas generaciones. En mi opinión, el verdadero repunte
fue la realización de las miniaturas de los personajes de diversas series de
Cartoon Network, con una gran calidad en la elaboración de éstas, y finalmente
las tres temporadas de Los Simpson,
con una calidad comparable a la vieja y gloriosa época de los 70’s. Vistas las
cosas así, sólo nos queda esperar que los muchachos sigan en esta línea…
- jack (18)
- Jack 1968 (3)
- Jack 1970 (4)
- Jack 1971 (4)
- Jack 1972 (6)
- Jack 1973 (4)
- Jack 1975 (1)
- Jack 1977 (3)
- Jack 1978 (3)
- Jack 1979 (2)
- Jack 1980 (2)
- Jack animales (1)
- Jack personajes historicos populares y de cuentos (5)
Colección privada de Marcelo Rodriguez, publicada en Taringa